Literatura Medioambiental

MI PRIMAVERA
Despierto en tu compañía,
no quepo ya en mí. Abrazado,
completo, lleno de ti,
llenándome de tu aroma,
envolviéndome contigo,
coloreando mañanas.
Ensimismado olfateo
a tu frescura de amor.
El prado verde transporta
fragancia de plena vida,
lo recorro suavemente,
liberado, con gran tacto,
sin causarte ningún daño,
lleno de felicidad.
Estoy de ti, rebosante,
y tú estás de mí, repleta.
Yo te siento, tú me sientes,
te acaricio, me acaricias,
Los dos nos acariciamos.
Me deslizo, te deslizas,
y tú te envuelves sin más,
me envuelves y me revuelvo,
estoy feliz, entregándome,
dándome cuanto te pido,
tú, mi única primavera.

NATURALEZA INQUIETA
El esqueleto de la Noguera mirando al cielo,
el cantar del agua en el riachuelo
el silencio de los pájaros como metáfora,
el murmullo de las hojas sobre el suelo pisado
y el color del otoño brillando al astro rey,
la belleza del amanecer entre la verde maleza,
el resplandor del sol sobre los rostros sudorosos,
el sentimiento del caminante sobre sus huellas,
la vitalidad del entorno remarcando horizonte.
¡El lienzo más esplendoroso de la naturaleza!
Contemplar la naturaleza viva, locuaz y feliz
y saborear las cascadas y cataratas del Madera
sólo puede ser un Edén activo con corazón
y alma de vida y esperanza. Frondosa, acariciadora,
enmarcada entre colores, arrullos y sueños.
¡El otoño, enardecido y vibrante!
El alba desenmascaró el oculto y bello misterio,
de las blancas esculturas. Abrieron sus miradas
y la niebla y la brisa se alojaron en la cimas.
La bruma acariciaba la piel suave de los senderistas,
y creaba un bosque de cosquilleo y de libertad,
y un paisaje otoñal de ocres y verdes, pálidos rosados
con el enjambre de amarillos, anaranjados y rojizos.
Era ese veintitrés de octubre del dos mil veintiuno.

DÍA DE OTOÑO

En silencio…
y solo en mi habitación,
a través de la ventana
veo caer ocres hojas,
las veo como se posan…
…lentamente,
alfombrando el suelo de colores.

Caen suaves…
…muy despacio, tan pausadas,
sin propiciar ningún daño.
Casi inevitablemente
van cubriendo la plazeta
esperando
ser barridas por la limpiadora.

Pasa el día…
el parque pierde el color,
pierde su manto dorado,
pierde encanto de pinceles
y aroma de fragancia húmeda.
Su belleza…
su reflejo de arrullo de amor.

Bello otoño,
belleza escrita por viento,
y por la naturaleza,
en su inequívoco sueño.
En silencio
resurgen caricias escondidas.

No es azar,
la naturaleza es sabia,
pone perfumes y aromas
y entierra los sinsabores.
¡Qué gentil es el otoño!
Sin reparos
entrega pasiones encendidas.

Es un precioso día de otoño,
un bello día lozano y gris.

EL OTOÑO

El otoño,
la estación de nuestra letra,
la que no tiene retoño,
la que siempre cronometra.
La que la rima no empeñe,
la que rae nuestra entraña,
la que se define la eñe,
la que ruge en nuestra España.
La que gruñe sin parar,
la que pocos van a usar,

Bella estación de los ocres,
del los arrullo y arrebujos,
de húmedos besos y roces
la que alienta sin tapujos.
La de los sueños tapados,
la de templadas caricias,
la de momentos amados.
la estación de las delicias.
El otoño,
roja estación del madroño.

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