Es muy probable que nunca te hayas planteado cómo el correo electrónico o internet pueden contaminar. Sin embargo, la contaminación digital es real e impacta de una forma mucho más grave de lo que podemos imaginar.
Puede parecer que el email es algo inmaterial, pero nada más lejos de la realidad. Para que esta herramienta pueda existir necesitamos granjas de servidores. Estas consisten en enormes edificios repletos de ordenadores encargados de coordinar, manejar y mantener la información. Así que sí, las granjas de servidores conllevan un elevado consumo de electricidad.
Estas instalaciones funcionan las 24 horas del día, los 7 días de la semana, casi sin interferencias, para lo que necesitan estar concentradas en energía. Consumen un disparate de energía como resultado de la centralización de equipos y, en especial, de los sistemas de ventilación y refrigeración que requieren estos ordenadores. De hecho, se estima que estos potentes sistemas de refrigeración suponen el 40% del consumo energético de las granjas de datos.
Pero ¿cómo contamina la forma en la que uso el correo electrónico?
Cuando enviamos un correo electrónico se provoca una emisión de CO2, ya que las granjas de servidores duplican los datos que compartimos para guardarlos en dos únicos servidores para mayor seguridad. Esto permite que no se pierda información en caso de que uno de los servidores caiga, pero aumenta el consumo de energía. De igual manera, todos esos correos electrónicos que no borras quedan alojados en un servidor, que necesita energía.
Para que entiendas mejor el impacto del correo te presentamos algunas equivalenicias:
• 1 correo electrónico produce 10g de CO2, lo mismo que una bombilla de bajo consumo a lo largo de una hora.
• Una granja de servidores de 10 000 m2 contamina tanto como una ciudad de 50 000 habitantes.
En la actualidad se envían más de 2630 millones de correos electrónicos al día, según Statista. Se estima que unos 60 mensajes suponen casi 900g de CO2, sin contar con la energía que supone enviar y recibir dicho correo. Sin embargo, estos números se podrían reducir drásticamente si los correos se limpiaran de la bandeja de entrada y salida.
Una acción tan sencilla como borrar mensajes antiguos o spam no solo sirve para poner en tu vida, sino que es una pequeña acción con un gran efecto para el planeta.